La indignación y la tristeza se han apoderado de la comunidad ante la noticia del fallecimiento de un residente en la casa de mayores Sagrada Familia de Huesca. La familia del fallecido ha alzado su voz en un grito de denuncia, calificando la situación como “¡Una vergüenza! ¡Servicios tercermundistas!”. La lamentable pérdida del anciano de 89 años ha despertado preocupaciones sobre la calidad de los cuidados y las condiciones en las que se encontraba.
Los días de intenso calor que han azotado la región podrían haber sido el factor desencadenante del trágico desenlace. El anciano fue ingresado en el Hospital San Jorge debido a un golpe de calor, lo que ha planteado serias interrogantes sobre la capacidad de la residencia para gestionar adecuadamente las altas temperaturas y garantizar el bienestar de sus residentes.
Para agravar la situación, se reveló que el fallecido también padecía de COVID-19. Esta coincidencia de factores de riesgo ha generado una mayor inquietud entre la población y ha aumentado la presión sobre las autoridades y el personal de la residencia para rendir cuentas y esclarecer lo sucedido.
Ante las críticas y la preocupación generalizada, el Departamento de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón ha anunciado que se llevará a cabo un procedimiento interno para investigar en profundidad lo sucedido. Se busca determinar las circunstancias que rodearon la triste pérdida y, si se detectan irregularidades o negligencias, se tomarán medidas para depurar responsabilidades.
En momentos como estos, la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto hacia la dignidad de las personas mayores se convierten en imperativos ineludibles. La comunidad espera que este trágico incidente sirva de catalizador para una mejora significativa en la atención y el cuidado de los residentes en hogares de mayores, garantizando su seguridad y bienestar en todo momento.
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