Las secuelas del devastador incendio que azotó Ateca y Bubierca en julio de 2022 siguen siendo visibles en la región, especialmente en los árboles quemados que aún se yerguen en pie.
Desde mayo de este año hasta 2024, se está llevando a cabo un proceso de recuperación forestal y aprovechamiento que implicará la retirada de más de 850 hectáreas de madera carbonizada, sumando un total de 51,000 toneladas. Esta iniciativa no solo contribuye a la recuperación del entorno, sino que también genera ingresos sustanciales, con más de 200,000 euros destinados a los municipios locales.
En total, se han dividido los trabajos en 13 lotes, de los cuales cinco pertenecen a los municipios afectados y ocho a la propiedad autonómica o consorcios entre ayuntamientos, particulares y la DGA.
Mientras que los cinco lotes municipales ya están asignados y en proceso, los otros ocho, cuatro de propiedad autonómica y cuatro de consorcios, han comenzado la extracción en su mayoría, aunque dos lotes permanecen desiertos debido a dificultades de acceso y serán destinados a la restauración del entorno.
Los beneficios generados se utilizarán para mejorar el monte, con la supervisión de técnicos autonómicos, contribuyendo a la regeneración natural del área y reduciendo el riesgo de incendios al eliminar el “combustible grueso”.
Además, se han implementado medidas para frenar la erosión, incluyendo fajinas y albarradas para proteger los suelos y favorecer la regeneración de la vegetación arbórea. Otros proyectos pendientes incluyen la habilitación de puntos de carga de agua y repoblación en el área afectada.
El incendio de Ateca y Bubierca deja cicatrices, pero con esfuerzo y planificación, la naturaleza comienza a recuperarse, marcando el camino hacia la restauración de esta zona castigada por las llamas.
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