A partir del próximo 24 de junio, el Coso Bajo de Huesca perderá un poco de su alegría. En conmemoración de la festividad de San Juan, la carnicería La Tabla Nueva cerrará sus puertas después de haber estado abierta en este mismo lugar desde 1876. La jubilación de tres de los cuatro empleados que trabajaban en la tienda marca el fin de una historia que ha perdurado casi 150 años, y el cese de un negocio que ha sido administrado por la misma familia a lo largo de todo este tiempo.
Luis Ferrer, representando la cuarta generación al frente de La Tabla Nueva, explica que han intentado encontrar a tres personas hábiles en el oficio para que, lideradas por su esposa María Jesús Costa, pudieran continuar con el negocio. Sin embargo, no ha sido posible encontrar profesionales que pudieran garantizar la continuidad del negocio manteniendo el mismo nivel de servicio y atención al cliente, comenta Ferrer. También han intentado realizar una transferencia del negocio, pero no han surgido las condiciones adecuadas para ello. Además, no hay relevo generacional ya que las dos hijas de Luis y María Jesús han elegido otros caminos.
A través de las redes sociales, los propietarios han comunicado a sus clientes el cierre de La Tabla Nueva. “Esta decisión necesaria, inevitable y dolorosa marca el final de 147 años de una carnicería que ha sido un referente en Huesca desde finales del siglo XIX”, lamenta Luis Ferrer. Fue su bisabuelo, José Ferrer, quien abrió la tienda. José tenía una tienda de carne en la plaza de San Pedro, y en aquel entonces a las carnicerías se les llamaba “tablas”. La ubicación en el Coso Bajo era la nueva “tabla”, de ahí el nombre, que se arraigó entre la gente, explica Ferrer.
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